sábado, 9 de agosto de 2014

Tossa de mar

Nuestra costa está salpicada de preciosos y pintorescos pueblecitos que antaño eran de pescadores. A pesar del paso del tiempo han intentado adaptarse a los nuevos tiempos manteniendo su esencia lo más fide digna posible. Un ejemplo de ellos es Tossa de Mar.



Tipica vista del núcleo medieval del que queda parte de la muralla.Declarado Monumento Artístico Nacional en 1931, es el emblema del municipio siendo la única
fortificación amurallada del litoral catalán actualmente.
Su construcción se realizó a inicios del s.XIII y es todo un precioso paseo, en cuyo alto,se erige el Faro de Tossa (1971),siendo actualmente, el  entro de Interpretación de Faros del Mediteráneo.
En el interior del recinto, una entrecrucijada de pequeñas calles estrechas y pavimentadas con piedras,  nos adentra en una época lejana, cuyo máximo esplendor fue en el s.XV.



Detalles en sus muros que nos permiten conocer la estructura amurallada y sus partes, importantes, sin duda, para la función defensiva de la misma.




La subida, bordeando el mar, tiene unas vistas espectaculares.





Restos de la antigua Iglesia de San Vicente, de estilo gótico tardano. Construida en el
s.XV encima de los restos de una iglesia románica anterior del s.XI-XII. Actualmente, solo el ábside y la sacristía conservan el tejado.


De una sola nave, está sostenida por seis nervios que se unen en el centro, en cuya confluencia se encuentra la imagen de San Vicente.


El clima mediterraneo permite disfrutar de los flores floral e más refrescantes que podamos imaginar.


Cualquier rincón, es utilizado para realzarlo, con flores, colores, objetos, rejas... quedando sencillamente,...precioso.











 Una vez extramuros, el municipio se convierte en un espectáculo digno de contemplación. Como cualquier pueblo del litoral, cuyo principal recurso económico es el turismo, la oferta gastronómica, artesana, ... se multiplica.


El interior de un patio privado, se muestra así de  impecable al turista que pasea por las calles, esperando  dignamente que lo fotografíen.


Detalles en los dinteles de las casas, hoy convertidas en tiendas de souvenirs en su mayoría, nos recuerdan dónde estamos...


Tradición y comercio se unen para el visitante. 


Detalles que nos recuerdan nuestra intromisión en una zona costera que se resiste a perder su historia.


Las antiguas casas de pescadores, mantienen detalles  constructivos, propios de las construcciones  de hace más de 100 años. 


Ventanas pequeñas, paredes encaladas, picaportes  con representaciones marítimas,...dinteles en piedra...


Ave María... nos da la bienvenida a esta casa.


Pero los souvenirs nos ganan terreno. Colores, telas, abalorios...todo  preparado para nuestros sentidos.


Claro que no debemos olvidar la gastronomía, basada sobretodo, en productos que el mar nos obsequia.  
Espectacular!!!!!

Cualquier rincón lo preparan para que te sientas en un cuento. Pero lo mejor es cuando te sirven el plato.


 Un pueblecito de pescadores...con unas raíces muy hondas...para el visitante que guste conocerlas...




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