Cascais es un pueblo pesquero justo en la nariz de Portugal. Detalles cerámicos en las fachadas de las casas en los que predomina el azul y el blanco.
Las grandes casas están en casi su totalidad cerradas, ruinosas o en venta.
La administración es la encargada de restaurarlas y reconvertirlas en centros oficiales, mientras que las casas de pescadores, más pequeñas y asequibles, hoy son pequeños comercios dedicados a la artesanía para el turista.
Flores por doquier y colores como el
albero, rosa, azul y blanco en las fachadas, conviven armoniosamente en todos los núcleos de población.
albero, rosa, azul y blanco en las fachadas, conviven armoniosamente en todos los núcleos de población.
El paseo marítimo comunica las distintas zonas costeras, el club náutico, las distintas playas, Estoril...
A pesar del aire que sopla y que el agua está fría, en cuanto sale el sol, las playas se llenan de gente dispuestos a gozarlas.
Cascais me recuerda a cualquier pueblo de nuestra costa, solo que un poco olvidado.Hay muchos edificios, casas, abandonadas o al menos con signos evidentes de ello, lo cual desfigura mucho el entorno.
Puerto, con las barcas de pescadores y la fortaleza al fondo.
El Ayuntamiento de Cascais, cuenta con unos diez balcones enmarcados en azulejos.
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