Poco tiempo para la capital de Portugal. Tuvimos que seleccionar, así que decidimos ver el Castillo-fortaleza y la Catedral.
El Castillo está en un lugar privilegiado, desde allí se visualiza toda Lisboa, claro que para eso hay una buena cuesta que hay que salvar, pero cuando llegas a lo alto, y te sientas bajo uno de los pinos que hay en la plaza junto a los cañones, la brisa que core se agradece.
Desde arriba contemplamos el puente de acceso
a Lisboa, por encima coches, por debajo el tren. Una grandiosa estructura en hierro.
a Lisboa, por encima coches, por debajo el tren. Una grandiosa estructura en hierro.
Torres, almenas, cornisas...parece el anuncio de Exincastillos de cuando era pequeña.
En su interior había un Restaurante con una pinta estupenda.
Desde lo alto .... estas
vistas....
Nuevamente calles coloridas, repletas de azulejos y plantas
De allí pasamos a la Catedral, básicamente románica.
Construida sobre la Mezquita Mayor de la Lisboa musulmana, anteriormente fue Templo Visigodo y Romano. Formada por una planta de cruz latina con dos naves laterales. El coro estaba situado a ambos lados del altar Mayor y coronando ambos un artesonado policromado enorme.
Rosetones , vidrieras y grandes retratos en clarobscuro decoran las distintas capillas laterales.
El claustro era enteramente gótico.
La Plaza do Comerço está rodeada de edificios, actualmente sedes ministeriales casi todos ellos, en cuyos bajos albergan infinidad de cafeterías y restaurantes a cual más dedicado al turista.
Es una Plaza Majestuosa en cuya fachada central se encuentra el Arco de Triunfo, imitación a los parisinos, rematado por unas esculturas que representan la Gloria, el Valor y el Genio.
En el centro de la Plaza se encuentra la estatua ecuestre de José I
Helados de fruta natural para refrescarnos del calor
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